Por Soledad Mastragostino
Por definición de Naciones Unidas, el cambio climático hace referencia a los cambios a largo plazo de las temperaturas y los patrones climáticos. Estos cambios pueden ser naturales, pero desde el siglo XIX, las actividades humanas han sido el principal motor del cambio climático, debido principalmente a la quema de combustibles fósiles, como el carbón, el petróleo y el gas, lo que produce gases que atrapan el calor.
Las emisiones principales de gases de efecto invernadero que provocan el cambio climático son el dióxido de carbono y el metano. Estos proceden del uso de la gasolina para conducir un coche o del carbón para calentar un edificio, por ejemplo. El desmonte de tierras y bosques también puede liberar dióxido de carbono. La agricultura y las actividades relacionadas con el petróleo y el gas son fuentes importante de emisiones de metano. La energía, la industria, el transporte, los edificios, la agricultura y el uso del suelo se encuentran entre los principales emisores.
Los científicos dedicados a las cuestiones climáticas han demostrado que las personas somos responsables del calentamiento global de los últimos 200 años. Las actividades humanas, tales como las mencionadas arriba, generan gases de efecto invernadero que elevan la temperatura del planeta al ritmo más rápido de los 2000 años pasados.
Las consecuencias del cambio climático incluyen ahora, entre otras, sequías intensas, escasez de agua, incendios graves, aumento del nivel del mar, inundaciones, deshielo de los polos, tormentas catastróficas y disminución de la biodiversidad. El cambio climático afecta directa e indirectamente los ecosistemas, la salud, los océanos, limita recursos naturales.
Esta circunstancia es una llamado a la acción individual y colectiva para mitigar, compensar y recomponer este proceso de degradación del medio ambiente y trabajar colaborativa y coordinadamente
En 2015 ONU adoptó los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) estableciendo la llamada “Agenda 2030 para el desarrollo sostenible. Planteaba un escenario de 15 años de trabajo para alcanzar dichos objetivos.
Particularmente el ODS 12 consiste en fomentar el uso eficiente de los recursos y la energía, la construcción de infraestructuras que no dañen el medio ambiente, la mejora del acceso a los servicios básicos y la creación de empleos ecológicos, con remuneraciones justas y con buenas condiciones laborales.
Surgen dos interrogantes: ¿Hemos avanzado con base en el ODS 12? SI, ¿Lo suficiente? NO
Entonces, habiendo transcurrido 8 años desde aquel llamado de ONU y con avances insuficientes, ¿es reversible la situación medioambiental actual? ¿Somos capaces las personas de modificar hábitos que contribuyan a ese objetivo? ¿Son capaces las empresas adoptar medidas consistentes para mitigar el impacto de sus acciones y articular con toda la cadena de valor? ¿Los gobiernos serán capaces de adoptar medidas regulatorias y sus correspondientes sistemas de control?
Las respuestas a estos interrogantes son complejas y se requiere de líderes responsables para impulsar y contribuir para que sus comunidades adopten las medidas necesarias
Los seguros y su contribución
Los seguros pueden desempeñar un papel importante en la promoción de la sustentabilidad al proporcionar incentivos y herramientas para que los individuos, las empresas y las organizaciones adopten prácticas más sostenibles.
La incidencia de los seguros en la vida de las personas, el desarrollo de negocios y su participación en toda la cadena de valor, lo vuelven una herramienta poderosa para la implementación de acciones que contribuyan a mundo más sostenible.
Quien es responsable? Las organizaciones y sus líderes
Qué hacer?
Distintas son las medidas que las aseguradoras pueden adoptar, no solo puertas para adentro sino también hacia toda su cadena de valor. Muchas organizaciones trabajan actualmente en la reducción de sus emisiones de CO2, reducción de uso de papelería, entre otras, sin embargo se pueden impulsar medidas que empujen a sus clientes, proveedores y partes de interés, transformándolo en una estrategia global.
Algunas formas pueden ser:
- Promover la eficiencia energética y la conservación de recursos: Los seguros pueden ofrecer descuentos a los asegurados que adopten prácticas de eficiencia energética y conservación de recursos, como por ejemplo, descuento a los asegurados que instalen paneles solares o sistemas de recolección de agua de lluvia.
- Financiar proyectos sostenibles: Los seguros pueden financiar proyectos sostenibles a través de inversiones. Por ejemplo, energía renovable o de conservación de la biodiversidad, entre otras.
Cómo? Innovando en el modo que hacemos los negocios, siendo protagonistas.
En conclusión, los seguros son una herramienta poderosa para propiciar un mundo más sostenible. Las organizaciones y sus líderes deben comprometerse a ser parte de la transformación e innovar para hacer del seguro un protagonista del cambio.