Foto: de izq. a der., Addy Suxo Uría, Directora de CONSEGSA, y Ariana Rivero Prado, Directora Nacional de Desarrollo Organizacional de Corredora de Seguros CONSESO.
En América Latina, las políticas de sostenibilidad en el ámbito corporativo están avanzando, aunque con diferente intensidad y compromiso según el país y la industria que se analice. Hay sobradas muestras de empresas que ya han adoptado estrategias formales de sostenibilidad y están liderando con iniciativas innovadoras; sin embargo, la mayoría enfrenta desafíos en la implementación y medición de sus esfuerzos, especialmente en la conexión de la sostenibilidad con la alta dirección.
Desde RedMES, conversamos con nuestras embajadoras de Bolivia para conocer su visión sobre el estado de situación en ese país y sus ideas para el desarrollo profesional de las mujeres en el sector asegurador.
COMPROMISO INTEGRAL. La sostenibilidad en el ámbito corporativo debe entenderse como un compromiso integral con el desarrollo económico, social y ambiental. No se trata solo de cumplir con la normativa vigente, sino de integrar principios éticos y de largo plazo en la toma de decisiones. “En el mercado asegurador, esto implica desarrollar productos inclusivos, promover la educación financiera y fomentar prácticas internas responsables que valoren la diversidad y la equidad y que, a su vez, reduzcan el impacto ambiental”, comienza Addy Suxo Uría, Directora de CONSEGSA.
Para Ariana Rivero Prado, Directora Nacional de Desarrollo Organizacional de Corredora de Seguros CONSESO, “la sostenibilidad empresarial ya no es una opción: es una necesidad urgente y transversal”. En sus palabras, no se trata sólo de una estrategia corporativa, sino de un compromiso consciente con el presente y con las generaciones futuras. “En el rubro de los seguros, este enfoque cobra aún más sentido, porque trabajamos precisamente con la gestión del riesgo, la protección de personas y empresas, y la construcción de confianza a largo plazo”, agrega.
Integrar la sostenibilidad implica tomar decisiones que consideren el impacto social, ambiental y económico en cada nivel de la operación. “Las empresas que logren alinear su propósito con prácticas sostenibles no sólo serán más resilientes y competitivas, sino también más humanas y cercanas con sus grupos de interés. En el sector asegurador, hablar de sostenibilidad es hablar de coherencia entre lo que prometemos y lo que construimos como legado. Vivimos una era que exige liderazgo consciente, acción con propósito y una nueva forma de hacer empresa: más ética, más empática y más sostenible”, postula Rivero Prado.
DESAFÍOS PERSISTENTES. En Bolivia, el mercado asegurador ha iniciado ya la incorporación de prácticas sostenibles, especialmente en lo que respecta a inclusión financiera y digitalización. “Algunas compañías han empezado a adoptar políticas de RSE (Responsabilidad Social Empresarial), promover el liderazgo femenino y ofrecer productos dirigidos a sectores históricamente excluidos”, repasa Suxo Uría, al tiempo que advierte: “Sin embargo, los desafíos persisten: falta de datos desagregados por género, escasa representación femenina en altos cargos y limitaciones estructurales en la incorporación plena de la sostenibilidad como eje estratégico”. A su entender, también se requiere una mayor sensibilización interna y formación continua en temas de equidad de género y cambio climático.
Rivero Prado coincide en que, en Bolivia, el sector asegurador está dando pasos importantes hacia la sostenibilidad, aunque todavía de forma desigual. “Algunas aseguradoras y brokers han comenzado a incorporar prácticas más responsables, como la digitalización de procesos, programas de educación financiera y acciones de impacto ambiental como social. Sin embargo, el desafío principal sigue siendo pasar de acciones aisladas a una cultura verdaderamente sostenible, que esté integrada en el ADN de la organización”. A su criterio, aún falta, además, mayor transparencia, medición de impacto y formación interna sobre sostenibilidad como parte del modelo de negocio.
AVANCES:
- Responsabilidad social empresarial (RSE) con enfoque sostenible.
- Digitalización y eficiencia operativa.
- Crecimiento del sector y respaldo financiero sólido.
- Acciones concretas alineadas a los ODS (Objetivos de Desarrollo Sostenible establecidos por las Naciones Unidas)
DESAFÍOS:
- Cultura sostenible aún incipiente:
Muchas acciones siguen siendo puntuales (donaciones, campañas aisladas) y no forman parte de la cultura interna ni del modelo de negocio.
- Medición y transparencia limitadas:
A excepción de pocos casos, faltan indicadores claros y divulgación pública sobre impacto ambiental, social y de gobernanza.
- Formación interna desigual:
Aún es necesario capacitar a empleados y líderes sobre sostenibilidad estratégica, integración de ODS y cambio climático.
- Gestión del reaseguro y restricciones legales:
El acceso a divisas para reaseguro es complicado en el país, lo que afecta la estabilidad operativa del sector.
DESARROLLO PROFESIONAL DE LAS MUJERES. El desarrollo profesional de las mujeres es un componente crucial para la sostenibilidad empresarial, ya que no sólo promueve la equidad de género, sino que también impulsa la innovación, la productividad y el desempeño financiero de las organizaciones. Además, las mujeres a menudo lideran iniciativas de sostenibilidad y están más comprometidas con el impacto social, lo que las convierte en aliadas clave para lograr los ODS.
Desde RedMES conversamos con nuestras embajadoras de Bolivia para conocer las claves que, a su criterio, pueden impulsar el desarrollo profesional de las mujeres que buscan ocupar posiciones de toma de decisión en las empresas. Rivero Prado lo grafica en tres pilares fundamentales: formación, visibilidad y sororidad. “La formación constante nos da las herramientas para liderar con criterio, con confianza y con capacidad real de transformación. La visibilidad, entendida como la capacidad de mostrar con autenticidad quiénes somos y qué valor aportamos, es clave para romper techos de cristal que muchas veces siguen presentes, especialmente en sectores como el asegurador. Y la sororidad, ese vínculo que nace del acompañamiento genuino entre mujeres, es la fuerza y puente que nos sostiene cuando el camino se vuelve retador”, comparte. En su experiencia, invertir en marca personal, rodearse de redes que potencien y elegir entornos donde haya equidad real y oportunidades de crecimiento no solo profesional, sino también emocional, es fundamental.
Para Suxo Uría, la clave está en el acceso equitativo a oportunidades de formación, crecimiento profesional, reconocimiento y visibilidad. “Es fundamental que las empresas desarrollen políticas claras de equidad de género, conciliación laboral y meritocracia real. Se necesita una transformación cultural que deje atrás los estereotipos y abra paso al liderazgo femenino, valorando las habilidades y perspectivas diversas que las mujeres aportan a la toma de decisiones”, postula. Y Rivero Prado coincide: “Las organizaciones tienen una responsabilidad enorme: pasar del discurso a la acción, generando culturas inclusivas donde el talento femenino no solo se reconozca, sino que se promueva”.
LA FORTALEZA DE LAS REDES. En RedMES confiamos en el apoyo mutuo que pueden ofrecerse las mujeres del sector asegurador para alcanzar sus metas profesionales. Nuestras embajadoras de Bolivia coinciden en que el fortalecimiento de redes de apoyo y la sororidad son fundamentales. “Espacios de mentoría entre mujeres, redes de liderazgo femenino, intercambio de experiencias y alianzas estratégicas permiten construir una comunidad sólida”, destaca la Directora de CONSEGSA. Ella sabe que es importante visibilizar los logros de otras mujeres, compartir oportunidades laborales y formativas, y generar espacios seguros para el diálogo y la colaboración. “En un sector históricamente liderado por hombres –se suma Rivero Prado–, nuestra alianza como mujeres no sólo nos fortalece individualmente, sino que tiene el poder de transformar la cultura del mercado desde dentro”.
Apoyarse significa más que acompañarse: significa abrir espacios, compartir aprendizajes reales, recomendarnos sin miedo, reconocer el valor de otras y visibilizar sus logros sin competencia. “Yo creo en la mentoría intergeneracional, en el diálogo honesto, en impulsarnos desde la empatía y no desde la comparación. Porque cuando una mujer crece con libertad, otras se atreven a hacerlo también”, celebra la Directora Nacional de Desarrollo Organizacional de Corredora de Seguros CONSESO.
Las redes de mujeres son más que conexiones profesionales: son espacios de confianza, de construcción colectiva y de inspiración constante. “Si las usamos con propósito, podemos cambiar nuestras trayectorias y también los modelos de liderazgo que queremos dejar como legado”, cierra Rivero Prado.